La gran estafa del marketing digital

Después de trabajar más de 15 años en esta área, puedo decirles que he comprobado, sin lugar a dudas, que el marketing digital es una enorme estafa. Al menos para negocios pequeños, sí que lo es.

Seguramente a escala global o internacional funciona: donde hay muchos recursos, muchos millones de inversión y grandes plataformas que abarcan masas gigantescas de la población. Con dinero, obvio que funciona saturar medios con mensajes escandalosos y acciones urgentes, ¡compra ya! ¡Compra ahora! ¡Cómprame a mí!

Pero este escándalo y este bombardeo no aplica igual para los negocios pequeños y las pequeñas empresas. Su dinámica es totalmente distinta. No se basa en la presencia constante, ni en los discursos llamativos, mucho menos en valores ficticios o artificiales.

Los procesos de comercio entre pares se basan en elementos mucho más importantes, porque son mucho más humanos: la confianza, y la empatía.

Solo compramos a quienes confiamos. Solo compramos a quienes nos gusta. La tienda podrá tener los mejores productos al mejor precio, pero si la despachadora nos cae mal, lo pensamos dos veces, y a la primera grosería, dejamos de ir.

O al contrario, el local estará muy sucio, muy incómodo o muy viejo, pero si la atención y el servicio son excepcionales, hay una mesera que me cae muy bien, o el gerente siempre me da un regalito, voy a querer que todo el mundo vaya allí también.

Por supuesto, hay gente más o menos susceptible a esta dinámica específica, pero entre personas comunes y corrientes, estos procesos de transacciones comerciales se dan en diferentes contextos y bajo muy diversas circunstancias.

Cuando hablamos de negocios locales, estas dinámicas se intensifican. La confianza y la empatía se vuelven todavía más importantes para la generación de ventas.

En el momento de la transacción, poco importan los likes, el alcance y cualquier algoritmo: lo que más importa es el vínculo personal que puedas crear con tu interlocutor.

Si tienes un negocio pequeño o familiar y quieres anunciarte en Internet, no caigas en la trampa del marketing digital: sin duda hay herramientas y plataformas que te pueden ayudar, pero no todas las estrategias aplican igual para tus productos o servicios, y las dinámicas que generas en tus transacciones cotidianas.

Aprende sobre estas estrategias y documéntate, pero también analiza y entiende tus dinámicas interpersonales y trata de combinarlas para obtener mejores resultados. Por ejemplo:

  • Si tienes una ferretería y te gustan los memes, haz algunos sobre situaciones que pasan en tu negocio, o sobre necesidades o peticiones chuscas de tus clientes.
  • Si vendes cortinas y persianas, y te gusta salir a comer a restaurantes lujosos, cuando vayas has una reseña del restaurante y califica la decoración de sus ventanas y otros aspectos del espacio.

Son dos ejemplos muy burdos y que no representan como tal una estrategia digital, pero te puedes dar una idea del tipo de acciones que debes realizar para generar contenidos que se destaquen y te ayuden a generar confianza y empatía con tu audiencia. Lo cual a corto, mediano y largo plazo, impulsará las ventas para tu negocio.


No se te olvide que ninguna estrategia es magia y que siempre obtener buenos resultados implica un esfuerzo importante de todo tu equipo de trabajo. Si alguien te está vendiendo soluciones fáciles y resultados inmediatos… ¡desconfía!

Si necesitas apoyo con tu estrategia digital o requieres una consultoría en línea gratuita, contáctanos y #saltaLaBrecha 🤖👌

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